martes, 18 de noviembre de 2008

La castidad como medio de prevención del sida


Una guía para prevenir el sida entre adolescentes repartida por el hospital Carlos III de Madrid recomienda castidad para prevenir la enfermedad y califica la homosexualidad de "alteración" conductual al tiempo que defiende "el amor verdadero" entre un hombre y una mujer basado en la castidad y la fidelidad, según publican hoy varios medios. Está muy claro, como dicen en mi pueblo: "quien no cocina, no rompe un plato".

Adolescentes frente al sida: preguntas con respuestas es el título del libro polémico y su autor, Pablo Labagarda. Está editado por la Fundación Investigación y Educación en Sida (IES), dependiente del servicio de enfermedades infecciosas del hospital Carlos III.

El libro se ha repartido en el hospital, en colegios, clubes juveniles o asociaciones de familiares de enfermos de sida.

Entre otras perlas cita que "la homosexualidad se asocia con mayor frecuencia al contagio de enfermedades de transmisión sexual y trastornos mentales. Aunque hay que ser comprensivo e intentar ayudar a las personas con hábitos homosexuales, en lo posible hay que ayudarles a solucionar su alteración conductual", casi ná.

La guía presenta consejos "rigurosos y avalados por datos científicos, sin dar cabida a opiniones". En ella la masturbación deteriora la grandeza de la sexualidad (ufff, pues vamos listos); la promiscuidad o el aborto, no están admitidos (serán nuevos inventos del siglo XXI).

La dirección del Carlos III niega cualquier vinculación con IES, según El País , y sostiene que es una entidad privada, pero la web de esta organización está encabezada por los logotipos de este hospital y el de la Comunidad de Madrid.

Ya tenemos nueva polémica, después del libro de la Reina.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Esto lo hacen a propósito, para provocar. Está más claro que el agua. Por una parte, motivan a su cavernícola cantera, y por otra, azuzan la homofobia de las gentes de pocas luces (que son muchas).

Pero no se lo creen ni ellos. En primer lugar, hay más homosexuales de derechas que de izquierdas, y en la Iglesia ya ni hablemos. Sólo hay que pasarse por hermandades y capillas para ver la cantidad de "sarasas" que tienen vistiendo santos y arengando en los altares a sus entregadas masas. Vamos, que si los echan a todos se van a quedar como en Nissan: ya pueden cerrar el chiringuito por falta de personal.

¡Hala! Que vayan a decirles a los niñatos de zapato caro y jersey anudado al cuello que ya no pueden seguir machacándosela como monos, y que de mirar los paquetes ajenos ni mijita. El problema es que la gente cree que puede tomar de la religión la parte que les gusta (el paso de Semana Santa, la Virgen Macarena, la corona de dos kilos de oro macizo...) y olvidarse de la parte que no les conviene (nada de mariconeo, nada de condones, se acabarón las pajas, a misa todos los domingos...) ¡PUES NO! La religión es un pack, como esos de cuatro botellas de dos litros de Coca-Cola, que vienen liados con cinta adhesiva. Lo tomas o lo dejas. La Iglesia debería ponerse firmes y restituir esas instituciones suyas tan útiles como la Inquisición; quemar a todos esos putos herejes maricones y, como dijo un cura de los tiempos de Fernando VII: "Quedaremos poquitos, unidos en Dios".

Porque una cosa te digo: Tengo un respeto reverencial por la tendencia sexual del resto de la gente, pero no por la de aquellos que por delante van de religiosos y de dignos, y por detras... ¡Ay, por detrás!

Anónimo dijo...

sin comentario en lo tiempo en que vivimo que siga saliendo esto libro es para ponerse de mala leche. lo siento es que me ha indignado tanto la noticia

Anónimo dijo...

Es muy lamentable que aun exista pensamientos asi tan desfasados.