viernes, 6 de febrero de 2009

Monólogo sobre el sexo III y Final

Pero lo que ya me parece una vergüenza es esa gentuza que se gana la vida con el sexo: los sexólogos.

El sexólogo es un tío que va de experto porque tiene un diploma en la pared firmado por el rector de la Universidad.¡Pues vaya! Lo que tenía que tener es una declaración jurada de su mujer. Porque, ¿qué pasa? ¿Qué el rector se ha acostado con él? ¿Y como sé yo que a mi chica le va a gustar lo mismo que al rector?

Además, todos los sexólogos te dicen lo mismo: 'Al sexo hay que echarle imaginación'
¡Coño, con lo incómodo que es eso! Antes, todo lo más, había dos posturas: me apetece o no me apetece. Pero ahora... ¿ustedes han leído el Kamasutra? Para echar un polvo tienes que ser Nadia Comaneci. Que si 'la carretilla'..., que si 'el molinete'..., que si 'la variante de la medusa'... ¿la variante de la medusa? ¡Joder! ¡Si yo no sé ni hacer la medusa!

Otra cosa que te dicen mucho es que 'en el sexo todo está permitido si los dos están de acuerdo' Ya, pero si somos tres y uno no quiere, ¿Qué? ¿Aplicamos la mayoría y que se joda?

Pero lo peor de esto de las innovaciones es que te conduce a perversiones
muy estúpidas. Por ejemplo, insultarse mientras se hace el amor. Tú estás
allí intentando hacer la medusa, controlando la eyaculación... y
ella:- ¡Cerdo, bestia, animal...!Y claro, al final te calientas y le dices: - ¡¿Y tú... lo mal que aparcas?!

En fin, está claro que el sexo es un coñazo. Porque...además, si es de género tonto... Si el sexo fuera tan bueno como dicen, el PP ya lo habría privatizado.

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