miércoles, 1 de julio de 2009

Subidón de la luz

La liberalización del sector eléctrico, que empezó en España en 1998, culmina mañana y viene acompañada de un incremento en la factura del 2%. La subida aprobada por el Ministerio de Industria estará en vigor hasta enero de 2010. En suma, se estrena un nuevo sistema tarifario, de precios máximos aprobados por el Gobierno, que afectará especialmente a 23 millones de usuarios.

Teóricamente, todos los usuarios podrán elegir a qué compañía comercializadora compran la electricidad tras comparar ofertas diversas que todavía no existen. Pero ¿qué sucederá a quien no acuda al mercado? Nada. Seguirá pagando a su compañía de siempre, sólo que a través de una empresa comercializadora creada al efecto por su distribuidora.

Sólo habrá consecuencias para los clientes con potencias contratadas superiores a los 10 kilovatios, generalmente pequeñas empresas y establecimientos. Si esos clientes no se mueven y contratan por su cuenta en el mercado libre, la factura eléctrica se les encarecerá un 5% por trimestre.

Dicho así, todo en el proceso de apertura del mercado parece positivo. Pero lo real, al menos para el consumidor de a pie, es que la liberalización total eléctrica comienza con otra subida. Un mal presagio.

Las nuevas tarifas, llamadas tarifas de último recurso (TUR), se dirigen a 23 millones de clientes, la mayoría de los cuales, al menos en un primer momento, no se molestarán en acudir al mercado libre.

El incremento no afectará a los hogares con consumos mínimos, con una potencia contratada inferior a tres kilovatios y siempre que se trate de la primera residencia. Tampoco afectará a las familias con todos los miembros en paro, a perceptores de pensiones mínimas y a las familias numerosas. Serán en torno a cinco millones de hogares que se beneficiarán de precios estables (bono social) y que deberán informar si varía su situación. En caso contrario, si se descubre que se benefician de la bonificación en el recibo sin tener derecho a ello, sufrirán penalizaciones del 10% en la factura.

En cualquier caso, para poner la subida tarifaria en contexto hay que tener en cuenta varias cosas. Primero, que se suma al aumento del 3,5% de media que se aprobó en enero y segundo, que se produce en un contexto de caída de precios. Al consumidor medio, con una potencia contratada de entre 2,5 y cinco kilovatios, la subida le puede suponer en torno al euro al mes. El dinero irá destinado a cubrir el llamado déficit tarifario que se debe a las compañías eléctricas, que se ha ido generando desde el año 2000 y que en 2008 se situaba en 16.500 millones.


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