viernes, 27 de febrero de 2009

Con valor

Emilio Gutiérrez, es un ciudadano más de entre todos los que habitamos España. Emilio Gutiérrez, se levanta cada mañana para ir a su trabajo.
Emilio Gutiérrez, es un hombre que desea vivir en paz en un país democrático.
Emilio Gitiérrez, vive en Lazcano, un municipio de Guipuzcoa, llenos de bellos parajes.

Pero Emilio Gutiérrez, no puede vivir tranquilo, porque no comparte los ideales políticos de los radicales vascos.

Emilio Gutiérrez, vivió el pasado martes su particular "Día de Furia", mostrando la rabia e impotencia contra una "herriko taberna", tras sufrir en su casa un ataque vandálico, de los tanto, que comenten continuamente, esos que defienden con el miedo y sufrimiento el nacionalismo vasco.

Emilio Gutiérrez, está amenazado en su propia pueblo, por destrozar con una maza la taberna, cansado de la sinrazón. Sin máscaras, a plena luz del día, se enfrenta tan sólo con su maza. Nada comparado a los destrozos ocasionados por los radicales en todos estos años.

Desde aquí no defiendo la vendetta ni el ojo por ojo, pero tal vez, el acto de Emilio Gutiérrez, nos de para reflexionar la presión y la situación de angustia que viven muchos ciudadanos/as españoles por no poder expresar sus ideas, con el uso de la palabra y no de las armas.

Estoy segura, que habrá muchos municipios deseosos de acoger a Emilio Gutiérrez, pero que injusto es que el indenfenso tenga que salir para que otros continúen su oleada de violencia.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Emilio Gutiérrez es tonto de los cojones. ¡Cómo se le ocurre arrasar una Herriko-Taberna en uno de los mayores feudos de ETA! Hay que estar verdaderamente colgado. ¡Menuda forma de tirar su vida al water!

La venganza, querido Emilio, es un plato que se sirve frío, preferiblemente de noche, en un callejón y con una sirla jamonera mohosa. Cuando hubieras escabechado a media docena de abertzales siguiendo ese discreto procedimiento, ibas a ver como ya no se reían tanto.

Anónimo dijo...

Que fácil es criticar a los demas sin ponerse en su piel. La venganza es absurda y no le va arreglar el piso que a duras penas habia arregalado con ayuda de su padre. Pero me puedo imaginar el sentimiento de impotencia que tuvo que sufrir este pobre hombre en ese momento y comprendo el arrebato de furía que le llevo a cometer semejante locura.Y aunque no el acto vandalico en si, admiro su valentia por hacerlo de día y a cara descubierta

MCG dijo...

Obviamente este hombre demostró valor, pero no deja de ser un acto inconsciente y una buena metedura de pata, si te quieres vengar de alguien se más sutil, por desgracia ahora no le queda otra opción que salir pitando de allí, y como dice la señorita N ojalá no le falten sitios donde ir. En definitiva me parece que ha metido la pata hasta el corbejón.

Anónimo dijo...

Mi modesta opinión, es que este hombre está hasta los mismisimos, y ha cometido un acto desde la rabia e impotencia. En cierta forma, si que ha firmado su sentencia de muerte, pero cuando te tocan la moral de esa manera, no piensas en lo que haces. No lo justifico, pero lo entiendo que hiciera eso.